En la confluencia del Nive y el Adour, muy cerca del océano Atlántico, se encuentra la pintoresca y animada ciudad histórico-artística de Bayonne. Famosa por su ambiente festivo y su animación estival, la capital del País Vasco francés debe también su notoriedad al patrimonio construido, verdaderamente notable. Sus bonitas casas altas, apretadas entre sí, con contraventanas de colores forman un conjunto de lo más típico. Es una maravilla poder pasear a lo largo de sus muelles o de sus viejas callejuelas contemplando las bellas fachadas con entramado de madera que se suceden a lo largo del recorrido...
En pleno centro del casco antiguo de Bayona, deténgase en la catedral de Santa María (siglos XIII-XVI). Inscrita en el patrimonio mundial de la UNESCO dentro del epígrafe de los caminos de Santiago, dispone de un magnífico claustro gótico cuyas galerías albergan tumbas y lápidas funerarias. Al abandonar este lugar que desprende serenidad, diríjase a las fortificaciones de la ciudad y relájese durante un buen rato deambulando por el maravilloso jardín botánico, diseñado según el estilo japonés, que se extiende por el corazón de las murallas, no lejos del Castillo Viejo.
Atraviese uno de los puentes sobre el Nive para llegar al barrio de la Pequeña Bayona y visitar el museo Vasco y de la Historia de Bayona. Posee más de 2000 objetos y obras de arte, distribuidos en veinte salas temáticas. Este museo etnográfico, instalado en la casa Dagourette (finales del siglo XVI), es de visita obligada para todo el que desea conocer la cultura vasca.
A pocas calles de allí, también se puede visitar el museo Bonnat-Helleu, dedicado a las Bellas Artes, cuyas colecciones incluyen obras de Léon Bonnat, Paul Helleu, Pedro Pablo Rubens, Francisco de Goya o Edgar Degas.
Numerosos acontecimientos festivos jalonan el calendario de Bayona: feria del jamón de Bayona en Semana Santa, competiciones de pelota vasca, corridas en la plaza de toros neomorisca, jornadas del chocolate el fin de semana de la Ascensión, fiestas de Bayona a finales de julio... ¡Hay para todos los gustos!