El castillo de Grancey, conocido como el pequeño Versalles de Borgoña, domina orgullosamente la llanura desde su espolón rocoso. Antes de ser el edificio de estilo clásico que conocemos en la actualidad era una importante fortaleza medieval, que fue asediada y arrasada por los duques de Borgoña. De esta época todavía subsiste una puerta fortificada del siglo XIII, restos de murallas y las chimeneas del gran salón.
Reconstruido a principios del siglo XVIII, poco tiempo después de la construcción de Versalles, el castillo de Grancey aparece tras franquear la puerta de Borgoña. Delante de usted se levanta el recinto fortificado con la portería de puente levadizo, cubierta con un magnífico techo de tejas barnizadas, y la colegiata de San Juan (siglo XIV). El castillo no está abierto al público, pero puede visitar la colegiata, que alberga bellas pinturas murales.