Oculta en el valle de Vicdessos, a 7 kilómetros de Tarascon-sur-Ariège, la cueva de Niaux, célebre por sus pinturas magdalenienses, es un santuario del arte parietal. A lo largo de 800 metros, la visita guiada nos permite descubrir el Salón Negro, una rotonda natural cuyas paredes se encuentran adornadas con un centenar de representaciones animales. Con una antigüedad de más de 12000 años, estas pinturas realizadas con trazos negros representan a los grandes mamíferos de la fauna prehistórica, como los bisontes, caballos, ciervos y cabras montesas. Un conjunto excepcional magníficamente conservado.
Se recomienda reservar la entrada. Para poder conservar bien las pinturas, el aforo es limitado.