En Bajo Rin, el norte de Alsacia, multitud de pueblos tradicionales jalonan el territorio. Han sabido mantener su peculiaridad regional y reflejan la identidad arquitectónica de esta región de Alsacia. Las casas suelen estar blanqueadas con cal, según la costumbre que prevalecía antes del siglo XVII, y los geranios abundan en las ventanas.
Hunspach, joya de la Alsacia del Norte, incluida entre los "Pueblos más bellos de Francia", muestra sus casas con flores con entramado de madera, sus pozos de balancín, sus cristales con vidrio abombado (¡que permitían ver el exterior sin ser visto!) y su patrimonio militar. La cercana localidad de Hoffen también merece una escapada para ver el antiguo ayuntamiento con entramado y pilares de madera.
También hay que descubrir las magníficas casas con entramado de madera y contraventanas de colores de Seebach, otro pueblo vecino lleno de encanto. Su iglesia cuenta con la particularidad de acoger tanto a católicos como a protestantes. La bonita villa de Wissembourg, cuyo nombre significa "castillo blanco", está atravesada por varios brazos del Lauter. Su marco bucólico, con restos de fortificaciones, es ideal para pasear.
Muchas otras poblaciones merecen una parada, como Pfaffenhoffen, con sus bonitas casas y el museo de la Imagen Popular; Bouxwiller, con sus callejuelas tortuosas, en las colinas de los Vosgos meridionales; La Petite-Pierre, con su atractiva ubicación, punto de partida de muchas travesías; el pueblo de Betschdorf, conocido por su cerámica, con el museo dedicado a la alfarería de gres con sal. Pero la lista dista mucho de ser exhaustiva pues la región está repleta de pueblos pintorescos que han sabido conservar su carácter y su autenticidad.