El Delfinado muestra con orgullo, entre los Alpes y el Ródano, su impresionante repertorio de recursos naturales y arquitectónicos. Sus ciudades merecen una visita. Quedará maravillado por el casco antiguo, las vistas panorámicas y el museo de Grenoble. Descubrirá con entusiasmo las alturas de Briançon o las ciudades histórico-artísticas de Valence y Vienne. Los pueblos tampoco se quedan atrás, como Nyons, famoso por sus aceitunas; La Grave, ubicada al pie de las montañas; la plaza fuerte de Mont-Dauphin, construida por Vauban e incluida en el patrimonio de la UNESCO; o el pueblo medieval de Drôme, con las callejuelas empedradas de Le Poët-Laval.
Los parques nacionales o regionales harán las delicias de los amantes de los lugares genuinos y protegidos. En el Parque Natural Regional de Vercors podrá contemplar las gargantas del Bourne o el pintoresco pueblo de Pont-en-Royans, con sus viejas casas colgantes, y seguir la carretera vertiginosa de Combe Laval. En el Parque Natural Regional de Queyras podrá contemplar una naturaleza protegida y una notable arquitectura. Aquí encontrará el pueblo monumental de Saint-Véran, el municipio más alto de Europa, situado a 2042 metros de altitud. Los parques de los Ecrins y Chartreuse completan esta excepcional lista de espacios naturales, en la que no se debe olvidar el lago de Serre-Ponçon, con sus 3000 hectáreas de agua rodeadas de montañas.
Los aficionados al esquí podrán elegir entre tres populares estaciones: Serre Chevalier, Los Dos Alpes y el Alpe d'Huez. Los visitantes interesados en la historia optarán por visitar el castillo de Grignan, notable edificio renacentista y el más imponente del sureste de Francia. No se puede perder el impresionante Palacio Ideal del Cartero Cheval, clasificado como Monumento Histórico, que presenta obras heterogéneas e insólitas del inspirado cartero.
Se trata también de una región epicúrea que destaca en ciertas especialidades: el chartreuse, famoso licor a base de plantas; el imprescindible gratinado delfinés o los ravioles del Delfinado; pero también las nueces, la lavanda, el nougat, el aceite de oliva y sabrosos quesos como el Saint-Marcellin, el picodon o el bleu de Vercors-Sassenage. ¡Como para deleitar a todos los paladares!