Situado entre los Alpes y el Macizo Central, Drôme es un vasto territorio con gran variedad de paisajes. Los relieves escarpados y majestuosos de Vercors contrastan con las suaves colinas de las Baronías provenzales. Elevados escarpes calcáreos, profundas gargantas, campos de lavanda, viñedos y olivos, robledales, pinares y garrigas componen este excepcional patrimonio natural.
Drôme cuenta también con un notable patrimonio construido. De hecho, ¿cómo no mencionar los pintorescos pueblos encaramados, típicos de este destino? Un legado de la época medieval en el que las casas de piedra poseen un encanto incomparable. Además, las iglesias y capillas románicas cautivarán a los amantes de los monumentos antiguos. Tampoco podemos olvidar castillos como el de Grignan, popularizado por la marquesa de Sévigné, o el de Suze-la-Rousse, que alberga la Universidad del Vino.
Drôme también se revela a través de sus sabores. Albaricoque, oliva, trufa, nougat, vino o queso le harán relamerse de gusto cuando pruebe las especialidades locales.
Por último, Drôme es el lugar ideal para practicar todo tipo de actividades de ocio al aire libre. A pie o en bicicleta, los amantes de la naturaleza disfrutarán de las numerosas rutas de senderismo que jalonan la región, mientras que los más aventureros podrán practicar el parapente, la escalada o la via ferrata. Y gracias a las zonas para bañarse, los lugares para practicar el arborismo u observar animales, Drôme es un destino familiar perfecto.
