Este vino blanco efervescente fue inventado en 1531 por los monjes de la abadía de San Hilario, en los alrededores de Limoux. Posee aromas de frutas, miel y flores de primavera y se sirve como aperitivo, pero también para acompañar a los pescados, las carnes blancas y los postres. Con la etiqueta DOC, el blanquette de Limoux, elaborado a partir de las cepas mauzac, chardonnay y chenin, presenta las variedades "brut", "semiseco" y "dulce".