El chouchen es una bebida alcohólica que viene a ser la versión bretona del hidromiel de la Edad Media. Esta consistía en una fermentación de la miel en el agua, pero en Bretaña se utiliza más zumo de manzanas recién exprimidas. Por lo general, hace falta un tercio de miel para que el chouchen alcance la graduación adecuada, entre 12 y 15°.
Normalmente, se deja que el chouchen envejezca durante al menos un año para que alcance todo su sabor y desprenda todos sus aromas de miel y manzana. Tradicionalmente se sirve bien fresco, pero sin hielos, como aperitivo o como digestivo. También puede utilizarse en la cocina para acompañar al foie-gras, al melón o al marisco, platos muy apreciados en Bretaña.
Al igual que la sidra, no puede faltar en las reuniones familiares y en las fiestas de pueblo en Bretaña, y se trata de una bebida alcohólica que no se puede dejar de probar cuando se visita la región.