Situado entre el mar Mediterráneo y el interior provenzal, concretamente entre Fréjus y Hyères en Var, el macizo de Maures tiene mucho que ofrecer a los visitantes. En primer lugar, cuenta con paisajes variados formados por matorrales, pinos piñoneros, castaños y alcornoques. Todos ellos son ideales para dar agradables paseos a pie, en bicicleta o a caballo. También tiene pueblos con aroma a Provenza, como Collobrières o La Garde-Freinet. Por su parte, el macizo de Maures es el hábitat de una fauna rica y protegida, como por ejemplo la tortuga de Hermann. Ardillas, tejones, lagartijas, cárabos comunes, búhos reales y halcones peregrinos cohabitan en este entorno protegido.
Recorra la cornisa de Maures, una magnífica carretera que bordea la costa entre Lavandou y la península de Saint-Tropez. Está salpicada de agradables localidades playeras (como Cavalaire-sur-Mer o Rayol-Canadel-sur-Mer), ideales para relajarse y descansar.
Y no deje de escalar hasta la señal de Sauvette, el punto más alto del macizo, a 776 metros de altitud. Desde allí, las vistas del macizo verde, las Islas Doradas y la península de Giens son magníficas. Aproveche la oportunidad para visitar el cercano santuario de Nuestra Señora de los Ángeles, que consta de una capilla, un pequeño convento y un claustro.