De los prados salados y las inmensas extensiones de arena de la bahía del Monte Saint-Michel a los acantilados, landas y marismas de la península de Cotentin, pasando por los bosquecillos típicamente normandos, La Mancha ofrece una gran diversidad de paisajes. Con el famoso Monte Saint-Michel, este departamento también nos propone descubrir una herencia excepcional. Pero sus bazas no se acaban aquí: ciudades de arte y de historia, edificios religiosos, sitios marítimos y artesanía artística completan el panorama.