Desde 1973, el Festival Internacional de Cine de La Rochelle es un punto de encuentro de películas, cineastas, actrices, actores, profesionales, prensa, sin competición ni premios. El objetivo del festival es explorar el territorio cinematográfico hasta los lugares más recónditos. Fiel a su filosofía, el festival ofrece a los espectadores una selección de casi 250 películas de todo el mundo, de ayer y de hoy. Elegidas al margen de criterios comerciales, estas películas se suelen presentar fuera de los circuitos de distribución habituales y siempre están subtituladas en francés (a veces, por el propio festival).
Gracias a la presencia de numerosos profesionales (distribuidores independientes, propietarios de salas de cine, periodistas, cineastas, actores y productores) en este acontecimiento, el festival permite que las cinematografías extranjeras se divulguen en Francia, y que las películas olvidadas encuentren su público e incluso puedan distribuirse en salas más adelante.
A través de las diferentes secciones de su programación, el festival pretende dar a conocer un cine desconocido o poco conocido y redescubrir obras despreciadas, minusvaloradas o incluso desaparecidas de las pantallas desde hace muchos años. Para ello, tributa homenajes a directores y actores, invitándolos al Festival y proyectando su obra completa; programa retrospectivas de directores o actores que han dejado huella en el cine; difunde las obras de los jóvenes cineastas europeo e internacional que forjan el cine actual. A esta exigente programación se une la presencia de estrellas internacionales que acuden a presentar sus películas.